Protegiendo a Alba by Jorge Borges

autor:Jorge Borges
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Erótico, Romántico
publicado: 2019-01-31T23:00:00+00:00

VI

Pasión, deseo y locura

Marlon quedó solo en la sauna, solo con su erección que fue desapareciendo poco a poco. No podía entender del todo lo que acababa de suceder. Ella lo tuvo justo donde lo quería y lo dejó ir, así, sin decir nada, sin hacer nada.

La verdad es que Marlon creyó que ese era el momento perfecto para que se dieran las cosas, si algo iba a pasar entre ellos iba a ser ahí, pero, no sucedió así. Poco a poco su cuerpo se fue recuperando de esa tormenta de sentimientos y deseos hasta que por fin pudo relajarse y pensar las cosas con calma.

Salió de la sauna con la mente ocupada en Alba, así que dejó la luz encendida, pero se dio cuenta que la chica había dejado un toalla tirada en el suelo, entonces fue a levantarla cuando de pronto se abrió la puerta de nuevo, quizá era ella de nuevo, pero, algo le decía que no era así.

Marlon corrió desesperadamente y de manera sigilosa, aprovechó que estaba desnudo y sus pies no harían ningún ruido y tenía también la ventaja de conocer el gimnasio de memoria, así que sortearía cada obstáculo que se le interpusiera en el camino.

La puerta se terminó de abrir cuando él justamente se ocultaba detrás de la nevera que contenía bebidas energética e hidratantes con electrolitos y ese tipo de cosas que son necesarias para la recuperación después de una sesión de entrenamiento.

Era Jacinto, quien de manera sigilosa entraba al gimnasio, caminaba como buscando algo, pero, con la luz apagada todo parecía normal. Lo perdió de vista por unos segundos hasta que vio que el reflejo de la luz de la sauna se apagó. Marlon recordó que su ropa estaba tirada justo al lado de la puerta, esperaba que no la viera.

Esperó unos segundos y volvió ver a su jefe caminando hacia la puerta principal, como convencido de que no encontraría a nadie ahí dentro. Salió y cerró la puerta.

Marlon respiró tranquilo, pero, pensaba en cuál era la razón para que Jacinto estuviese a esa hora merodeando esa zona. ¿Estaría buscando a su hija? ¿Se habría dado cuenta que no estaba en su habitación?

Lo cierto es que el joven esperó un buen rato hasta salir de su escondite y estar seguro que ya su jefe se había ido. Con supremo cuidado caminó en busca de su ropa, pero, no se arriesgó a salir por la puerta principal, así que iría hasta la parte de atrás y saldría por la ventana que daba a la última parte de la mansión.

Con algunos contratiempos volvió a su habitación a salvo y seguro de que nadie lo había visto. Se sentó en la cama y comprobó que todo eso que podría pasar con Alba solo le traería problemas y más problemas, tenía que tomar el control de la situación y hacerle entender a la chica que las cosas no podían ir por ese camino.

Era muy fácil pensar eso ahora, pero, otra cosa muy diferente sería decírselo teniéndola de nuevo desnuda frente a él.

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